viernes, 21 de junio de 2013

El desarrollo del gusto por la lectura en los alumnos

El desarrollo del gusto por la lectura en los alumnos
Artículo de opinión
Hoy en día el nivel de lectura de nuestro país se encuentra en crisis, debido a que la mayoría de los estudiantes no les gusta leer, viéndose reflejado desde los niveles más bajos hasta la educación superior. El primer comportamiento que adoptan los alumnos ante la lectura es la pereza mental al querer hacer el mínimo esfuerzo posible y el segundo comportamiento, es la falta de interés en el tema que se les propone, haciéndose evidente la actitud de éste, en donde se ve obligado a hacerlo de malas ganas, como si fuera un castigo por el profesor, por lo tanto lo hace de manera rápida y sin ninguna comprensión del tema.    
Para poder lograr aquel gusto por la lectura se debiese favorecer a nuestro alumnos que sean curiosos, que puedan preguntar y que observen, así ellos se harán preguntas, buscarán respuestas y querrán conocer nuevas historias. Para esto se debe adquirir un ambiente armónico y propicio para la lectura, en donde puedan leer y ser escuchados con respeto por sus compañeros, para que así disfruten como individuos o como parte de un grupo lo fascinante de la lectura.

Para que lean deben sentir la necesidad de hacerlo; hacerles sentir que la experiencia puede ser agradable, divertida y emocionante. Es por esto que nosotros los profesores tenemos la obligación de introducirlos en aquel universo fascinante que contiene la literatura, en donde los propios alumnos pueden ser los protagonistas, en donde debemos permitir que sean ellos los encargados de buscar y elegir, como primera forma de motivarlos al gusto de leer.

Debemos tratar a la lectura como la lectura es fuente de conocimientos. La falta de lectura, por el contrario, adormece el espíritu y la inquietud intelectual. Pero, tampoco es suficiente con ser un devorador de libros, ya que se puede leer mucho pero mal. Es decir: siempre se debe buscar, mediante el consejo de alguien o guiados por el propio sentido común, las lecturas que favorezcan el desarrollo personal, que son todas aquellas que no están reñidas ni con la moral ni con la ética, ni menosprecien el valor individual de las personas ni sus creencias.

La falta del hábito de lectura repercute necesariamente en el trato con los demás. Quien no hace más ver las caricaturas del periódico, difícilmente pueda transcribir en palabras lo que le dicta su corazón cuando quiere expresar su amor. Reinará una especie de «parquedad sentimental», caracterizada por escuetas líneas y frases hechas repetidas una y otra vez, hasta despojarlas de su intenso significado por el abuso de su presencia en los labios del amante.

El gusto por la lectura es gustar de disfrutar más de la vida, de compartir en palabras las experiencias vividas y en saber transmitir las propias con la justa mezcla, cual recete perfecta, de sentimientos, emoción y vocablos. Leer significa ir más allá de nuestro estrecho mundo personal y adentrarnos en el otro, en crecer en empatía, estar con el otro y desde el intercambio fructífero de ideas, poder decir, al final del día, que hemos aprovechado el tiempo, al menos por haber leído unas líneas de nuestro autor preferido.



Se debe comenzar por contenidos fáciles, acordes con la capacidad lectora del estudiante para ir progresivamente avanzando hacia niveles de exigencia superiores. Si empezamos exigiendo demasiado o los contenidos no reclaman el interés del menor, probablemente no le tome ningún gusto, o lo que es peor, le genere aversión. También se tiene que plantea siempre como una actividad gratificante y lúdica, favoreciendo que el estudiante no lo vea como una obligación.

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